Articulo de Cesar Duvernay publicado en Listin Diario
EN LA RUTA.
La FAO y RD.
César Duvernay
El reconocimiento que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hiciera a 38 países, incluido el nuestro, por haber reducido a la mitad el porcentaje de personas mal nutridas, constituye un reconocimiento a las políticas que en ese sentido desarrolla el gobierno.
El que dentro de las once naciones latinoamericanas estuviera República Dominicana es tan importante como el hecho que el país alcanzara esa meta, fijada en el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, antes del 2015 como se había estipulado.
De acuerdo a las mediciones realizadas por la FAO, República Dominicana redujo el hambre y la malnutrición, impactando positivamente a alrededor de un millón de personas, mediante la aplicación correcta de una serie de políticas agroalimentarias y de protección social que garantizan la seguridad alimentaria y nutricional de la población dominicana.
En la víspera, la vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño de Fernández, embajadora extraordinaria ante la FAO desde 2009, recibió en Roma, el galardón junto a varios mandatarios entre los que se destacan Nicolás Maduro (Venezuela), Ricardo Martinelli (Panamá), Porfirio Lobo (Honduras), así como el vicepresidente de Nicaragua, Omar Halleslevens.
En los procesos sociales no existe una varita mágica por cuanto los resultados son el resultado de la previa implementación de planes, proyectos y dinámicas que los sustenten.
De ahí que el reconocimiento constituye un respaldo implícito al expresidente Leonel Fernández quien fue el impulsor de una serie de programas sociales tales como Comer es Primero, los subsidios focalizados, y la masificación de los comedores económicos entre otros que ejecutó el gabinete social que dirigió el exvicepresidente Rafael Alburquerque.
Lo de la FAO debe ser un estímulo para el fortalecimiento de las políticas agroalimentarias y poder avanzar en la lucha contra el hambre, que es definitivamente la cara más tétrica y bochornosa de la desigualdad social.
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