Por Grey Núñez
Cada
proceso electoral se diferencia el uno, del otro, donde aparecen elementos que
pueden hacer variar cualquier panorama en poco tiempo, por eso se habla a
menudo de que las encuestas son fotografías del momento, es decir, retratan lo
que la gente piensa en un momento determinado y de manera inesperada cualquier elemento
nuevo, lo hace variar.
En los actuales momentos, no se puede exactamente
medir la simpatía electoral de los dominicanos con miras a las próximas elecciones
presidenciales del 5 de julio en término de resultados, donde también se elegirán
los congresistas, tanto del Senado, como de la Cámara de Diputados.
Este proceso electoral, aunque tiene un candidato
puntero en las encuestas, como Luis Abinader, del PRM, carece de un verdadero fenómeno, me refiero a una
figura que atraiga la simpatía de la población en la que se pueda anticipar sin discusión que
se convertirá en el próximo presidente de la República Dominicana, en realidad
ese elemento está ausente.
Vista esa realidad, de las opciones que se presentan
en el escenario electoral, ninguna está en capacidad de alzarse con la victoria
en una primera vuelta, por el simple hecho de que el pastel habrá que repartirlo
entre tres grandes grupos y no en dos, como se perfilaba hasta que se dieran
los resultados de las primarias del gobernante Partido de la Liberación
Dominicana, lo que se convirtió en un elemento de cambio en el escenario político.
En el caso del mismo PLD, este venía sufriendo una disminución
en el aprecio de a población, lo que se evidenciaba en la cantidad de votos que
obtuvo en los distintos procesos pasados, pero que mantenía la supremacía con
las alianzas que formaban el Frente Patriótico, que hoy ha sufrido la salida de
importantes aliados que se fueron a apoyar a Leonel y que ya son parte de un
gran bloque opositor.
La salida de Leonel, del PLD, ha producido una gran
estampida de peledeistas, lo que agrega un ingrediente que sin duda acelera el
descalabro electoral que sufrirá el peledeismo en las elecciones presidenciales
y congresuales del próximo julio.
A todo esto, se suma el descalabro y pronta sepultura
del Partido Revolucionario Dominicano, (PRD), lo que el peledeismo vendía como
su aliado de lujo, eso se evidenció en la distribución de la cuota en los
gobiernos de Danilo Medina, la realidad hoy indica que el PRD, tiene muy poco qué
aportar, a menos que no sea precipitar la derrota.
Otro factor negativo actualmente en el PLD gobernante,
es la escogencia de un candidato que no da ni frío ni calor, Gonzalo Castillo, es
como se dice en el argot popular, un ser nati muerto, sin discurso, sin aura,
que no cuaja y el PLD, como tal, nunca había tenido el rechazo actual, el
pueblo lo ve como el culpable de todos sus males.
Los elementos expuestos nos indican de manera clara
que el PLD, no tiene posibilidad alguna de ganar las próximas elecciones, aunque
no se sabe a ciencia cierta, quién se convertirá en el próximo presidente de la
república.
Hasta el próximo comentario.
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