Roma. - El papa Francisco dijo este martes que “la educación no debe ser un privilegio” sino “accesible a todos” y pidió “una universidad que huela a carne de pueblo y que no pisotee las diferencias”, durante una visita a la Universidad Gregoriana de Roma, que gestiona la Compañía de Jesús.
Haciendo uso de épocas pasadas, afirmó en su discurso que se podría pensar que antes “la educación era
un privilegio” pero que es “una condición que aún no se ha extinguido”,
añadió.
El sumo pontífice hizo una advertencia en contra la Inteligencia Artificial- “Ningún
algoritmo podrá sustituir a la poesía, la ironía y el amor” y “los estudiantes
deben entrar en contacto con sus propias emociones”, aseguró.
Francisco también destacó la importancia de que en las
universidades haya “menos sillas y más mesas sin jerarquías, una al lado de la
otra”, así como en la necesidad de “transformar el espacio académico en una
casa del corazón».
En su ‘lectio magistralis’ , en la que citó a autores como
Fiodor Dostoevskij, Willian Shakespeare o el español Francisco de Quevedo,
señaló- “La Universidad tiene que ser la casa del corazón, la cultura y una
misión de amor” y no debe “poner todo en manos del manager de turno». En su larga intervención, el pontífice también
afirmó que hay “que evitar la ‘coca-cola espiritual’.
“La visión y la conciencia del objetivo impiden una
‘cocacolización’ de la investigación
y de la enseñanza que conduciría a una ‘cocacolización’
espiritual”, explicó. La Pontificia
Universidad Gregoriana es la más antigua de las universidades pontificias
romanas.
Sus orígenes se remontan a una iniciativa directa de San
Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, quien en el año 1551 sentó
las bases del Colegio Romano.
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