Raquel Peña hizo un relato del sueño que tiene con llegar a la presidencia, que la coloca en lista de los aspirantes en el PRM
Santo Domingo. -La vicepresidenta Raquel Peña reveló el viernes pasado en
Santiago que sueña con subir las escalinatas del Palacio Nacional como
presidenta de la República Dominicana.
Lo hizo en el marco de su exposición titulada "Mujeres Líderes
Impulsando Economías Sostenibles", durante el Desayuno-Conferencia
Empresarial Manuel Arsenio Ureña, organizado por la Fundación Arquidiocesana
Santiago Apóstol (FASA).
La irrupción de Raquel Peña en la lucha interna por la
candidatura presidencial incrementa no solo la competencia, sino también las
tensiones dentro de la organización oficialista.
Su posible participación abre un escenario complejo: al
tratarse de la actual vicepresidenta y una de las figuras más cercanas al
presidente Luis Abinader, su postulación sería vista de inmediato como la
apuesta del oficialismo y, para muchos, como la continuación del actual modelo
de gestión.
De lanzarse abiertamente a la contienda, Peña abriría una
auténtica caja de pandora, ya que tendría ventajas sobre otros aspirantes que
no cuentan con el respaldo de la maquinaria gubernamental ni con la proyección
institucional que ella posee.
Entre los aspirantes a la candidatura presidencial del
partido gobernante ya se sabe de las aspiraciones de Yayo Sanz Lovatón, David
Collado, Carolina Mejía, Wellington Arnaud y Guido Gómez Mazara.
Algunos observadores sugieren que su candidatura podría
restarle legitimidad al proceso interno si no se percibe como una competencia
equitativa.
Por otro lado, su eventual postulación impactaría de manera
directa en las aspiraciones de la alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina
Mejía.
La relación cercana que Peña mantiene con la familia Mejía
añade un elemento delicado: competir por la candidatura podría restarle fuerza
política a la hija del expresidente Hipólito Mejía, quien también se perfila
como una de las principales contendientes dentro del PRM.
Detrás de Carolina Mejía estaría la corriente que sigue el
expresidente Hipólito Mejía, su padre, mientras que a Collado se le ha
vinculado a sectores económicos poderosos.
Del lado de Peña, "los sectores económicos y
empresariales de Santiago y una parte de la iglesia la vienen acompañando y ven
en ella la expresión de sus intereses políticos y estratégicos.
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